
De niña soñé un par de veces que volaba. Recuerdo la sensación de insatisfacción que sentía al no poder hacerlo más alto, más lejos, más rápido. Tanto, que terminaba por despertarme.
Y pintar... esa misma sensación de incompletud.
Creer que voy a pintar y después, apenas un vuelo gallináceo y al suelo.
Nunca es más alto ni más lejos. Y nunca es el cuadro.
Esta vez, me animé a desafiarlo... lo rompí, literalmente lo rompí para esperar más de él y dejar que su azul me chorree.
En verdad... creo que sólo le quite algo de cáscara.
O es que sólo busco despertarme?