Tristes envejecidas hojas como gotas caen de mi cuerpo como árbol reposado erguido y poblado. El viento desarraiga mis tristes hojas para tenderlas en los arrabales de mis raíces. Nunca más ellas volverán a ser mías. Nunca volverán a ser mías las tristes hojas de mi cuerpo, apenas cubren mis raíces cuando la madurez otoñal las apura.
Las palabras han propiciado encuentros, han iluminado momentos, han atravesado los cuerpos en todas las direcciones. Se nos han venido encima como el pie de un gigante, nos han largado a un abismo, nos han hecho pensar en otra realidad. A esa otra realidad, le agrego la de la imágen: Más que mil palabras!!
jueves, 18 de junio de 2009
Amarilla conclusión
Tristes envejecidas hojas como gotas caen de mi cuerpo como árbol reposado erguido y poblado. El viento desarraiga mis tristes hojas para tenderlas en los arrabales de mis raíces. Nunca más ellas volverán a ser mías. Nunca volverán a ser mías las tristes hojas de mi cuerpo, apenas cubren mis raíces cuando la madurez otoñal las apura.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario