viernes, 24 de julio de 2009

34 razones

Porque muchas veces hay un silencio entre nosotras.
Porque ese silencio se nos presenta como un abismo.
Porque a veces significa que sobran las palabras.
Porque ponerme a pensar en vos es como concentrarme en el axolotl de Cortázar.
Porque a fuerza de tanto espejo, durante años nos confundimos.
Porque a fuerza de tanto espejo, ya sabemos lo que queremos.
Porque a fuerza de tanto mirarnos, nos mezclamos, como yo con el aquel axolotl.
Porque no todo lo mío era mío, ni lo tuyo tan tuyo.
Porque lo ganado fue a medias, igual que lo perdido.
Porque en la oscuridad aparecés sin mediar palabra.
Porque no le tememos a la nada.
Porque hemos transitado el silencio y las madrugadas como quien oye llover.
Porque de tanto vernos, nos hemos contemplado como quien oye llover.
Porque extrañarte es como tener sed.
Porque los libros hablaron de nosotras y para nosotras.
Porque nos desvelamos a la vez con los mismos sueños.
Porque huí cuando tus circunstancias me superaron.
Porque no te entendí en el momento en que empezaba a hacerlo.
Porque necesitaste más que mi presencia y yo no necesité más que tu presencia.
Porque a fuerza de todo o nada nos alejamos al ver que no era todo.
Porque acordamos que las palabras son sólo eso. Y todo eso.
Porque en los fallidos, en el silencio y en el chiste te pesco.
Porque me pescas aún cuando no hay nada de eso... porque las palabras...
Porque gracias a tus circunstancias me diste a conocer lo mas hermoso que tenías.
Porque amo tus huellas.
Porque tus huellas me inscriben y puedo pintar.
Porque tu voz no es sólo agradable.
Porque la escucho aún cuando no quiero.
Porque te respiro como al viento.
Porque me baña tu pensamiento.
Porque me completás.
Porque sos todo lo bueno y lo malo.
Porque sos aquello también que no se espera.
Y porque venís tan yin y yan que por eso te elijo.