jueves, 17 de septiembre de 2009

ELLA

Los años me están poniendo más exhibicionista... es patético!! Pero real.
En verdad el motor de un blog, en mas de una oportunidad suele ser la exhibición... de habilidades, de pasiones, de rutinas, de miserias. En fin... éste no es la excepción.
Quiero decir que me encantaría tener la forma de conseguir que todos lo que se pasean por aquí... la conozcan.
La conozcan y sientan el orgullo que yo siento. Porque es así y porque es ella y no otra. Porque me causa orgullo todo lo blanco y negro que trae. Porque tiene voz de viento tímido y porque es maravillosa. Indescifrable. Asustadiza. Huidiza. Solitaria. Solidaria. Pasional. Incansable. Deseable. Graciosa. Desnuda. Ávida. Inteligente. Entera y humana, entre otras cosas.
Hoy no me sentí muy bien y me hizo reír.
Logra que en días como hoy, yo sienta que afuera hay sol.

Llueve... para qué está??

Huéspedes

Un par de veces me hubiera gustado sentarme en un cordón de vereda a charlar con ellos o lo que propusieran, no sé... aún soy una dama. Pero me hubiera gustado compartir algo mas que chasquidos de dedos o agua salada. Tal vez, un poco de antiguas lenguas en las nuestras, o tal vez mas nubes verdes, prósperas.
Hubiera sido lindo sentirlos en la palma de mi mano. Tibios. Incompletos y a la espera.
Siempre a la espera. Menos accesorios y mas comprometidos. Subordinados unos de otros. Dependientes como los números en una escala, o serie...
Pero no me quejo, he vivido con ellos. Los he conocido, no mucho, porque se sabe que con ellos nunca se sabe...
He conocido apenas algunos secretos, rutinas ordinarias, temporales, códigos de comunicación y formas de alimentación. Sus variados colores y estados de ánimo pertinentes. Casi todos sus juegos verbales.
Lo que no he logrado descifrar fue cierto arte.
Me pareció encontrarlos por momentos confundidos con su propia imagen, con el peso existencial a sus espaldas. Jugando con algo así como con una bola de fuego, ésa lógica extraña...
Nunca hablamos de esto.
No sé si se fueron o se esconden de mi, o se avergüenzan, o quieren jugar...
Creo que ya no los voy a volver a ver... yo no sabría que hacer con más información.

Más agua... pero mía.

Soltar


Llegó el momento. Voy llegando a la costa y para no perder tiempo, me voy quitando los zapatos mientras camino. Descalza, buena parte del recorrido, me despojo de toda tela que llevo incorporada. Dejo la ropa en el camino que abandono. A medida que me voy acercando comienzo a acelerar el paso hasta convertirlo casi en un trote ridículo. Finalmente llego, se mojan mis pies. Suelto amarras. Y me dejo ir, aguas adentro. Sola. El cielo y yo. Sola.