jueves, 17 de septiembre de 2009

Soltar


Llegó el momento. Voy llegando a la costa y para no perder tiempo, me voy quitando los zapatos mientras camino. Descalza, buena parte del recorrido, me despojo de toda tela que llevo incorporada. Dejo la ropa en el camino que abandono. A medida que me voy acercando comienzo a acelerar el paso hasta convertirlo casi en un trote ridículo. Finalmente llego, se mojan mis pies. Suelto amarras. Y me dejo ir, aguas adentro. Sola. El cielo y yo. Sola.

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