miércoles, 23 de septiembre de 2009

Todo es encanto y seducción.
Tal vez sólo se trate de enamorar a la muerte para que no nos quite lo que hemos conquistado.
Mina
23/09/09

martes, 22 de septiembre de 2009

POEMA ENTRELÍNEAS

Como cumpliendo condena, me siento a escribir o me dispongo a pintar.
Me siento convocada constantemente ante el llamado de la producción.
Intento buscar en el recóndito espacio al que ni las palabras ni los colores llegan, esa es mi lucha con la propia obra.
Será que en el fondo le temo a la locura y dudo si lo que veo lo estoy viendo, y dudo si lo que escucho lo escucho, porque entonces...
Será que además le temo a la muerte y me apremia la necesidad de producción.
Será que tengo una suerte de sobre-estímulos visuales, afectivos... tantos que necesitaría otro cuerpo, u otra existencia, quien sabe si será.
Será que le temo al género humano.
Será por eso que me acuno en lo que humildemente escribo y despiadadamente pinto...
La elegancia de esta danza narcisista de mi yo con lo que necesito expresar es como el coqueteo de aquello que me aturde con mi incapacidad de desahogar el aturdimiento.
O como dijo Walt Whitman: Si no son el enigma y la solución del enigma... no son nada. Ese es mi mayor desdén... todo lo que escribo o pinto es nada.
O al menos, nada me conforma o sacia, o alivia.



Hay cigarrillos en el cenicero
y hay algo de humo
Hay ropa de cama revuelta
y medias en el piso,
Hay un par de cuadros en la pared
mi hábitat
Hay libros con marcas entre sus hojas
las imágenes.
En los chillidos intelectuales
Soy desnuda
Hay platos sucios en la cocina
lo que he comido.
Hay angustias arcaicas
Y me desgarro
Hay medicación pendiente
por mis dolores
Hay llamadas perdidas por ahí
la gente me busca
Sé de las guerras
aún cuando yo no era
Sé de los escándalos de la represión
y no me puedo esconder
Sé de los escándalos de la iglesia
del eros.
Sé además otras tantas...
La desilusión y la decepción
Sé de metáforas pictóricas
de mi misma.
Sé de otros nacimientos
Y me encuentro también
Creo saber de otros aires
en las cumbres
Creo saber de otra vegetación y
de mi sangre.
Creo saber que afuera cae agua
Indiferente
sobre los árboles, sobre los autos,
apenas contemplo
las casas, la gente y los bichos,
todo eso que me apena.
Del resto...
nada sé.
Mina
22/09/09

domingo, 20 de septiembre de 2009

Como sentarse a escuchar a Laurie Anderson una noche, encenderse un cigarrillo y mirar la lluvia por la ventana...

Siempre me ha interesado lo que esconde la mirada, lo que hay detrás y no se dice. Lo que las palabras aún no han conseguido hacer, o por lo menos las mías, que no soy ni parezco, ni padezco Pizarnik ni Storni.
Ese espacio temporal o físico al que mis palabras no arriban, y entonces me encuentro bastante sola.
Así y todo, ese lugar me interesa. Tal vez no sea más que mera curiosidad. Tal vez no sea más que rebeldía adolescente el pretender instalarse ahí, donde muchos salen corriendo.
Ahí estoy yo. Entera y ávida por saberlo. Por descubrirlo. Como si por trofeo consiguiera cierto podio heroico. Colonizando lo virgen. Haciéndolo propio.
Busco la mirada de quien está cocinando, de quien maneja su auto, de quien concentradamente estudia, de quien se ríe, de quien conversa con otros y de quien busca otras miradas igual que yo las busco.
Intento descubrir las palabras que aún no se han dicho, las que vendrían después de esa risa, o las que hubiesen venido antes.
Me mantiene expectante, casi feliz, la idea de la revelación en puerta.
Nunca estuve mas fuera de mí que en este último tiempo, dedicada a buscar lo que muchas veces no encuentro (por supuesto, en ocasiones doy con lo que mi prejuicio aporta y no con lo que realmente es...aunque... qué es lo que realmente es?).
Ayer estuve en una reunión bastante multitudinaria para mí, y como en medio de un banquete, todo se me ha ofrecido. Junto, mezclado pero organizado y abundante. Miradas, charlas, risas, manos que se extienden, abrazos. Y sacando partido de mi tendencia y placer, pude contemplar todo el cariño, el amor, la devoción y el apego con que mis amigas se tratan, se asisten y consideran. Regalándose lo mejor que tienen, ofreciéndose con disponibilidad aérea, tomándose unas a otras.
En lo concreto, tal vez no haya mucho que decir... compartimos la comida, el mate, la charla y la buena música... pero como dije, me regocijo en tamizar situaciones.

jueves, 17 de septiembre de 2009

ELLA

Los años me están poniendo más exhibicionista... es patético!! Pero real.
En verdad el motor de un blog, en mas de una oportunidad suele ser la exhibición... de habilidades, de pasiones, de rutinas, de miserias. En fin... éste no es la excepción.
Quiero decir que me encantaría tener la forma de conseguir que todos lo que se pasean por aquí... la conozcan.
La conozcan y sientan el orgullo que yo siento. Porque es así y porque es ella y no otra. Porque me causa orgullo todo lo blanco y negro que trae. Porque tiene voz de viento tímido y porque es maravillosa. Indescifrable. Asustadiza. Huidiza. Solitaria. Solidaria. Pasional. Incansable. Deseable. Graciosa. Desnuda. Ávida. Inteligente. Entera y humana, entre otras cosas.
Hoy no me sentí muy bien y me hizo reír.
Logra que en días como hoy, yo sienta que afuera hay sol.

Llueve... para qué está??

Huéspedes

Un par de veces me hubiera gustado sentarme en un cordón de vereda a charlar con ellos o lo que propusieran, no sé... aún soy una dama. Pero me hubiera gustado compartir algo mas que chasquidos de dedos o agua salada. Tal vez, un poco de antiguas lenguas en las nuestras, o tal vez mas nubes verdes, prósperas.
Hubiera sido lindo sentirlos en la palma de mi mano. Tibios. Incompletos y a la espera.
Siempre a la espera. Menos accesorios y mas comprometidos. Subordinados unos de otros. Dependientes como los números en una escala, o serie...
Pero no me quejo, he vivido con ellos. Los he conocido, no mucho, porque se sabe que con ellos nunca se sabe...
He conocido apenas algunos secretos, rutinas ordinarias, temporales, códigos de comunicación y formas de alimentación. Sus variados colores y estados de ánimo pertinentes. Casi todos sus juegos verbales.
Lo que no he logrado descifrar fue cierto arte.
Me pareció encontrarlos por momentos confundidos con su propia imagen, con el peso existencial a sus espaldas. Jugando con algo así como con una bola de fuego, ésa lógica extraña...
Nunca hablamos de esto.
No sé si se fueron o se esconden de mi, o se avergüenzan, o quieren jugar...
Creo que ya no los voy a volver a ver... yo no sabría que hacer con más información.

Más agua... pero mía.

Soltar


Llegó el momento. Voy llegando a la costa y para no perder tiempo, me voy quitando los zapatos mientras camino. Descalza, buena parte del recorrido, me despojo de toda tela que llevo incorporada. Dejo la ropa en el camino que abandono. A medida que me voy acercando comienzo a acelerar el paso hasta convertirlo casi en un trote ridículo. Finalmente llego, se mojan mis pies. Suelto amarras. Y me dejo ir, aguas adentro. Sola. El cielo y yo. Sola.

martes, 15 de septiembre de 2009

Y con ustedes...

mi primer cuadro a los doce años.

Levantar la mirada

Con la mirada hacia abajo... un agujero pequeño, pero el mundo, oscuro, abismal, profundo, confuso, peligroso.
Abajo mis pies.
Un poco más hacia delante la mirada... suelo, arena nueva.
Directamente frente a mi... comienza el mar. Agua. Más mar que nunca. Maravilloso. Ambiguo. No tan maravilloso. Infinito y sal. Más allá. Agua y más allá.
Línea final, lejana, inalcanzable.
Ajeno a todo ombligo... el horizonte.

lunes, 14 de septiembre de 2009

PENSAMIENTOS DESARROLLADOS SOBRE RIBETE AMARILLO MAS CERCA DE AYER QUE DE HOY...


Hoy, cuando todavía es muy temprano para cualquier cosa, cuando aún no había hablado con nadie, ni había dicho la frase "hasta mañana", en parte porque hoy era ese mañana y en parte porque aún no había tenido ocasión. Hoy temprano. Cuando hoy es la franja inquieta que tiene algo de ayer. Hoy cuando el día es aún esa fruta verde que cae mal si se la ingiere. Hoy y a pesar del sueño, una pregunta me irrumpía cada vez que podía...
Por qué esta vez sí?

Reconozco que hace unos cuntos años tenía por costumbre guardar flores en los libros. Dejé de hacerlo por dos motivos. En el mejor de los casos, el reencuentro con la flor me remitía a un momento, a un sol particular, a un lugar, a una sonrisa, a un costado de la cama, a una palabra.
Y en el peor de los casos, no me remitía a nada.
Comencé a considerar semejante hábito lo bastante decadente como para reincidir y lo bastante melancólico como para volver a resistir, en estos tiempos en que la melancolía ya no es un poema ni una vieja flor, sino más bien, cotidianeidades, dolencias concretas, achaques recurrentes y esas cosas.
De manera que dejé de hacerlo. Pero... por qué lo volví a hacer?
Tal vez tenga muy firme el deseo de que al abrir el libro que contiene esta flor, tan actual y presente, tan poco azul, en el momento que fuera, más vetusta y cenicienta... ella aún esté conmigo.

sábado, 5 de septiembre de 2009

... y además un pájaro azul

Contemplar tu horizonte. Sentarme en tus pupilas. Tomar la mano de tu alma. Zambullirme en las olas de tu mar. Cuestionarme la existencia en el calor de tu vientre. Asfixiarme con las ramas de tu cuerpo. Contar los pájaros que emergen de tu pecho. Contagiarme de tu suelo. Amolar tus virtudes. Percibir el arrebato de tus costas. Saciarme de tus frutos. Practicar la unicidad. Llegar al atisbo de la ubicuidad. Acariciar tus aristas y perforarme con tus vértices. Rodar en tus pendientes. Sobrevolar tu océano. Atiborrarme de tu azul.
Escalar tu espalda hasta la cima y ver el mundo que late como si vos no estuvieras acá, como si yo no estuviera acá.

jueves, 3 de septiembre de 2009

ESPERARÉ...


Se espera en la estación, asomado en la ventana, frente al televisor apagado, en la agonía.
Se espera un título, una llegada, un padre, el amor, el final de la historia.
Se espera una hora.
Se espera la comida, un amigo, la muerte.
Se espera el verano y las vacaciones.
Se espera un hijo.
Se espera una canción, la noche, el mate.
Se espera la cama.
Se espera que caliente el agua, que se entibie la comida, que se vaya la tos.
Se espera la buena noticia.
Se espera por otros, se espera por uno.
Se espera que mañana amanezcamos más o menos con la misma humanidad que hoy.
No es justo, además... tener que esperar el colectivo!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Expiración

Una cosa se me presenta cada vez que estoy a punto de terminar un libro.

Es una sensación extraña, como la que se tiene después de haber presenciado algo irremediable.
Como la que se tiene después de haber dejado una declaración de amor en un contestador telefónico. Una sensación parecida a la de haber salido desabrigada en plena nevada.
Es decir... una tiene cierta idea acerca de las cosas, o de lo que debiera hacer, o no, pero hay cierta noción de "hacer". Algo hay que hacer.
Qué hacer, en ese espacio de conciencia, con esa historia de amor que parece una enredadera en el cerebro. Que hacer con ese patriotismo que nos hace pensar en lo miserables y cobardes que somos. Que hacer con todas esas metáforas que no alcanzamos a tocar. Los pasillos que no recorrimos y ni siquiera supimos que estaban, con la pasión, con la locura, con la traición... en fin, qué se hace con todo eso?. Además, que hacer con ese libro, con esas 213 páginas, con las tapas tan seductoras y rígidas. Con ese olor...
Y bueno, algo hay que hacer de manera que opto por precisar un lugar especial en la biblioteca, no es digno para el libro que ya ha sido leído compartir jurisdicción con aquellos que aún ni siquiera han sido abiertos. No pueden compartir alojamiento con determinadas pseudoenciclopedias, ni manuales ni diccionarios.
De ninguna manera pueden compartir espacio con aquellos que fueron leídos así, de paso, para matar el tiempo, con la cabeza en cualquier parte, con algún dolor en el centro del estómago.
Es por todo ésto que me invade una especie de responsabilidad cuando el libro que leo me espera desde la otra orilla...
Un nuevo vacío me desea.

martes, 1 de septiembre de 2009

El equilibrio imperfecto


Una pincelada hacia Tánatos, otra hacia Eros.
Algo que se sostiene en el espacio por alguna intencionada fuerza.
Algo que consigue el equilibrio en la asimetría.
Algo que no se explica, pero se adquiere.
Algo que está ausente en su presencia y presente en su ausencia.
Algo que está cuando menos lo parece.
Algo que no está cuando vemos su color.
Algo que se aleja cuando nos inclinamos hacia eso.
Algo que se vuelca hacia la izquierda en búsqueda de la derecha.
Me convence todo el tiempo de su existencia a medida que se distancia.

Lo difuso, lo profuso, la herida, algún deseo...