lunes, 3 de agosto de 2009

Malanoticia



Una fuente en el núcleo de tus ojos

estalló de repente cuando
exactamente por el centro, la soga se templaba.
No hay un lugar en el tiempo
en que esa gota de sangre
no tema reventar en tus pies.
El lento recorrido de tu mirada
hacia el cielo y no más
marca un nuevo orden en el cronos.
Como el último cuadro de la obra que ensayas
inclinas tu cabeza hacia el ala de mi alma
y con desdén cierras los ojos.