sábado, 30 de octubre de 2010

viernes, 15 de octubre de 2010

AZULES Y PISTACHOS

Porque como Alejandra hacía la noche mientras la escribía, yo hago a esta eternidad pequeña, y limitada de amores intermedios, un tanto azules, palabra por palabra, abrazo a abrazo y abrazo otra vez cada vez que abrazo nuevamente.
El silencio vuelve en forma de ilusión, cosa que no se puede... basta de vos y yo y nosotras, y vos también, sin yo... pero nosotras. Basta de vasos y pistachos y azules. Basta de tanto y basta tan poco para tanto. Basta tanto para la salvación. Basta tan poco para pintar, para decir, para escribir, para vos y yo y nosotras, sin nosotras... pero vos.
Basta tanto interior hastiado, fatigado, lleno de humo, y tan poco de ausente, de capa negra de caperucita roja, de pasos cortos de bichitos números quince, verdes yendo y viniendo por Avenida La Plata.
De todas formas, tanto desorden de cosas que parecen que se fuman, que se sueñan, que se fantasean, claritos que se aclaran a la luz del sol, ellas están acá conmigo, como una "r" que se empeña en salir del teclado y se hace cada vez mas grande como si pudiera, o como si yo pudiera escribir y volverme cada vez mas azul... qué ilusión.
Y a la vuelta, después de la locura, nada dicen las palabras y es como si nunca hubiese estado o como si nunca hubiese escrito, o como si nunca... sin azules ni pistachos.

sábado, 9 de octubre de 2010

Discusiones de pareja...

-Por qué me empujás? No ves que soy azul?
-Yo no te empujé y además no sos azul.
-Te digo que sí! Te lo digo yo! Y si yo que soy azul, te lo estoy diciendo...
-Sí, pero soy yo la que te siente, y vos no sos azul!
Yo soy azul! Pero como vos no lo sos, ni siquiera te das cuenta.
-No me doy cuenta de que sos azul porque no lo sos.
-Porque no tenés paladar... yo soy azul y vos no. El azul sabe un poco más salado, se encapsula en cuanto el sol empieza a caer, vira al morado ácido y descansa. Vos no hacés nada de eso.
-Pero me empujaste!
-Eso es lo que piensan los no azules cuando un azul les da un beso.

jueves, 7 de octubre de 2010

viernes, 1 de octubre de 2010

ESPEJOS NEGROS

Quisiera tironearme de un brazo y traerme a este lugar en que no estoy,
A este lugar en que me hago falta.
El mejor certificado de ausencia es el que no existe.
No vengo porque no sé donde buscarme,
Dónde llamarme,
Dónde encontrarme por teléfono, no respondo a los llamados,
No doy señales de vida.
Qué habrá sido de mi vida!
Tantas cosas quedaron sin decirme, tanto sin hablar...
Es tanto lo que no estoy que mi ausencia ocupa demasiado espacio
No puedo esquivarme
Sin embargo... quisiera traerme a este lugar en que no estoy.

si esto no es defraudar...

En la calle, un señor mayor realiza un paso hacia adelante, justo en ese instante un muchacho de pelo largo sube el cordón de la vereda a veinte centímetros de él. En el momento en que el señor da el paso, arrastra con su pie una hoja en blanco, el muchacho la mira rápidamente, luego con atención al señor mayor. Lo mira de arriba a abajo y vuelve a la hoja. El hombre lo mira despreocupado, como diciendo... "y bueno, ahora ya está". El muchacho mira la hoja en blanco durante unos 10 segundos. Parece lamentarse y mira al señor, casi culpándolo. El hombre mayor se da vuelta y se dispone a ignorarlo. El muchacho de pelo largo camina dos pasos y se voltea al tercero para mirar nuevamente la hoja. Blanca. Impecable. Y sola.
Luego camina hacia la izquierda.