jueves, 17 de septiembre de 2009

Huéspedes

Un par de veces me hubiera gustado sentarme en un cordón de vereda a charlar con ellos o lo que propusieran, no sé... aún soy una dama. Pero me hubiera gustado compartir algo mas que chasquidos de dedos o agua salada. Tal vez, un poco de antiguas lenguas en las nuestras, o tal vez mas nubes verdes, prósperas.
Hubiera sido lindo sentirlos en la palma de mi mano. Tibios. Incompletos y a la espera.
Siempre a la espera. Menos accesorios y mas comprometidos. Subordinados unos de otros. Dependientes como los números en una escala, o serie...
Pero no me quejo, he vivido con ellos. Los he conocido, no mucho, porque se sabe que con ellos nunca se sabe...
He conocido apenas algunos secretos, rutinas ordinarias, temporales, códigos de comunicación y formas de alimentación. Sus variados colores y estados de ánimo pertinentes. Casi todos sus juegos verbales.
Lo que no he logrado descifrar fue cierto arte.
Me pareció encontrarlos por momentos confundidos con su propia imagen, con el peso existencial a sus espaldas. Jugando con algo así como con una bola de fuego, ésa lógica extraña...
Nunca hablamos de esto.
No sé si se fueron o se esconden de mi, o se avergüenzan, o quieren jugar...
Creo que ya no los voy a volver a ver... yo no sabría que hacer con más información.

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