miércoles, 20 de mayo de 2009

Como pez en el agua



"Será... por la maldita circunstancia del agua por todas partes... será...
por la humedad, por Yemayá, o por mi edad...
por la miseria que es tratar de recordar...
o por su olor dulzón y triste...

o por su piel de lagartona que persiste... será...?

Liliana Felipe



Soy como un bicho de agua, menudo e infantil. Pretendo alejarme por unos minutos del mundo bajo el agua. Sin oler, pero oliendo a agua. Sin beber, pero saboreándola. Sin escuchar, pero oyendo atentamente el silencio de las profundidades.
Qué agradable se siente el cuerpo en el fondo de una pileta (digo pileta porque tengo respeto a las profundidades marinas), tan liviana, tan suave, tan lejos, tan sorda, tan ausente, tan sola... tan sola.
Ambas sensaciones pasan por mi cuerpo, aquella reconfortable, la de la envoltura placentera, aquella... la de la placenta, pero tambien esa misma sensación me empuja a la idea de soledad, me arroja al silencio, a la ceguera, a la soledad, a la sordera...
Por momentos esa sensación me angustia, y por momentos la necesito.
Será que en la ausencia encontré cierta paz?
Será...?
Me gusta el agua. Aunque es algo dependiente, tiene la forma de aquello que lo contiene, toma el color de aquello que refleja... pero tiene un sabor particular y en eso no se parece a nada, me sacia de toda sed, me reanima, es decir, me devuelve el aliento, ni hablar de un buen lavado de cara... con las dos manos llenitas de agua y dejar que entre por los poros. El agua es curativa, para algunos sanadora, para otros bendita... el agua y mis cuadros me completan internamente, y yo completo mis cuadros con agua.

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